Luma y los $1,500 millones: El cuento de cómo desaparecer la luz y el dinero
[LUMA News) Queridos boricuas, hoy les traigo una historia que parece sacada de una película de terror, pero no, es la cruda realidad que vivimos todos los días. Hablemos de Luma Energy, ese ente que llegó con una billetera más llena que el bote de propinas en un chinchorro de moda y promesas tan grandes como las filas para comprar cervezas en el Choliseo. Sí, porque a Luma le dieron un contrato de nada más y nada menos que $1,500 millones para arreglar el sistema eléctrico de Puerto Rico. Con tanto dinero, uno pensaría que estaríamos iluminando la isla como si fuera la Navidad en Cataño, pero la realidad ha sido más oscura que un apagón en Vieques.
$1,500 millones, mi gente. Con esa cantidad podríamos haber construido suficientes parques eólicos para que los vientos alisios nos dieran luz hasta en los días más nublados. Pero aquí estamos, con un sistema eléctrico que parece más frágil que un coquí en el desierto. Luma, con todo ese dinero, ha logrado hacer lo que muchos consideraban imposible: empeorar un servicio que ya estaba en el suelo.
Uno se pregunta, ¿en qué se ha gastado Luma todo ese billete? Porque en mejorar la red eléctrica, definitivamente no ha sido. Quizás están financiando una expedición para encontrar al chupacabras o un documental sobre la extinción de las cascadas eléctricas en Puerto Rico. Pero lo que sí es seguro es que cada vez que nos llega una factura, nos preguntamos si estamos pagando por electricidad o por el patrocinio de algún proyecto de ciencia ficción.
Luma prometió modernizar la red eléctrica, pero en lugar de eso, parece que están haciendo una serie de experimentos con nuestra paciencia. Cada vez que hay un apagón, nos dejan más en las tinieblas que un episodio de “Cuentos de la Cripta”. Y ni hablar de la transparencia con la que manejan los fondos. Pedirle a Luma un desglose de gastos es como tratar de encontrar al lechón perfecto en una fiesta patronal: una misión casi imposible.
¿Y qué nos dicen las autoridades? Que tengamos paciencia, que los resultados vendrán. Bueno, con $1,500 millones de presupuesto, yo esperaba algo más rápido, como cuando abren un nuevo tramo de carretera antes de las elecciones. Pero no, Luma nos ha dado lecciones de paciencia que ni el mejor yogui podría igualar.
Para rematar, la gestión de Luma ha sido tan eficiente como un carro de los 70 en la subida del Expreso Las Américas en hora pico. Con tantos apagones y subidas en las facturas, uno se pregunta si Luma no estará también en el negocio de vender generadores eléctricos, porque nunca se había visto tanta demanda. Y cuando reclamas, te responden con el mismo guion reciclado, lleno de promesas vacías que ya ni el loro de la vecina se cree.
Así que, mientras seguimos pagando facturas infladas y soportando apagones como si fueran tormentas tropicales, solo nos queda esperar que algún día, en un futuro lejano, esos $1,500 millones empiecen a dar frutos. Porque hasta ahora, lo único que hemos visto crecer es nuestra frustración y el precio de la gasolina para las plantas eléctricas.
Y mientras tanto, boricuas, sigamos preparándonos para lo peor. Saquen las velas, las linternas, y si tienen suerte, algún día nos llegará una luz que dure más que el viaje de regreso de Culebra. Porque, con Luma, hasta la esperanza está a prueba de apagones.
Escritor: John Paul Mestre